
Hay escuelas realmente increíbles, con métodos padrísimos, innovadores, es la escuela que prepararía a nuestro HSP (por sus siglas en inglés, Altamente Sensible en castellano) para el mundo actual… pero nuestro HSP se sentiría en el ácido.
Hay escuelas hermosas, perfectas, con jardines y salones decorados por diseñadores, el mejor método de enseñanza, niños felices e iluminados, con clases de arte, música y expresión corporal, en donde nuestro HSP estaría feliz, pero nosotros en el ácido porque está hasta casa del demonio.
Hay otras que nos quedan a pie y que son perfectas … para el primo.
Hay otras con el método idóneo para un HSP, pero están feas y el uniforme de polyester rojo, pica.
Hay otras con una directora Hermosa, con mil años de experiencia que sabría perfecto cómo guiar a nuestro HSP… pero los salones están pequeños y obscuros…. Y lo peor: ¡ruidosos y apestosos!
Hay otras lindas, con hermosos jardines y patios, con salón de arte e ingles… pero el método de enseñanza –meter a los niños a un cajón obligado- apesta.
Hay otras legendarias con 2,019 años de experiencia, cuyas maestras no tienen la menor idea de qué es un niño HSP y mucho menos de cómo guiarlo y no les interesa aprender. “Así hemos funcionado bien, gracias”.
Hay otras que creen que por cambiar la semántica –y decir “prueba de habilidades” en lugar de “examen de admisión”– ya están cambiando al mundo. Y pues no, así no funciona la cosa.
Hay colegios que te obligan a firmar la carta de compromiso en donde te obligan a llevar a tu hijo a alguna terapia (la que ellos consideren necesaria), cuando lo único que necesita tu HSP es relajar su sistema nervioso central.
Hay otras que aparentan ser light y amables con los niños con un método dizque buena onda, pero los otros compañeritos HSP, sufren de migraña cada tercer día porque no aguantan la presión.
Hay otras que por tener una colegiatura más, nos prometen y nos juran que cuidarán y atenderán a nuestro HSP y a la mera hora… Ni saben quién es nuestro hijo. Ni se quieren acordar, tampoco, porque hay otros niños que sí tienen “verdaderos problemas”.
Hay otras que ofrecen un método tan innovador, tan fuera de lo normal que nos hacen cuestionar, ¿y si sirve? ¿Y sí va a prender a leer? ¿Y sí se va a adaptar al mundo real cuando salga?
Podemos visitar TODAS las escuela de la ciudad y salir con más dudas que respuestas.
Tal parece que el mismo niño tiene que ser una persona completamente diferente dependiendo de la escuela a la que va.
¡Agggghhhhh!
A–U–X–I–L–I–O–o–o–o–o
Es tan complicado que por eso mismo, muchos padres deciden meter a sus hijos a la escuela a la que ellos fueron, porque, “Sí, es horrible pero ya sé a lo que van”.
En realidad: Garantías, no hay. Y uno de los problemas con esta decisión es que sus hijos pueden reaccionar mal, no aprender nada, o aprender de mala gana, u odiar su existencia cuando lo único que necesitaba otro método de enseñanza, por ejemplo.
Lo cierto es que una escuela inadecuada–y me consta porque lo viví en carne propia, en la de mi hijo y lo he visto en las mamás que vienen conmigo a consulta- definitivamente arruina la vida, afecta la autoestima, o cuestiones como la socio-emocionalidad y el sistema nervioso de nuestros hijos. Y esto depende de cada niño. ¿Cómo saber si ‘x’ cole es bueno para mi hijo o no? Observa. Analiza. No te vayas por automático ni “haciendo la vista gorda”.
Después de ver a tantas escuelas, nos dimos cuenta que como en todo: es simplemente una opinión. Lo que opina un método de enseñanza y lo que opina otro método de enseñanza. Lo que opinan unos maestros y otros. Lo que la Secretaría de Educación opina y lo que Europa opina. Ya esta en nosotros cómo queremos vivir y cómo queremos que nuestro hijo viva.
La “decisión 100% correcta” en realidad no existe. El meter a nuestros niños a una u otra escuela, es un salto de fe basado en el trabajo de otras personas que, profundamente, no conocemos. Suponemos. Creemos. Esperamos. Deseamos… y nos echamos el clavado.
Si ves que al personal del cole en el que esta ahora, realmente les interesa, realmente están dispuestos, realmente hacen cambios para buscar por dónde pueden ayudar a tu hijo, aunque no sea perfecto (que, en realidad, nada lo es), pues déjalo. Pero mantente activa, observando con ojos de águila. O si ves que la respuesta de la escuela es meter a tu hijo a un cajón de lo que “Debe Ser a Esta Edad” y tu niño necesita un cambio pues ya lo refleja en su salud emocional, física o psicológica, cámbialo y ya. Es decir, si te decides por uno y no funciona, cámbialo. No te cases con ningún cole. No vale la pena el sacrificio de tu hijo.
Y mantén las líneas de comunicación abiertas con tu hijo constantemente. Su opinión es súper importante, pues él les que el va. Él es el que sufre las fallas o goza los aciertos. Tomen la decisión en familia. Hagan equipo.
Y disfrutemos esta etapa que se va, dicen las abuelitas, rapidísimo.
Photo by Oleksandr Canary Islands: https://www.pexels.com/photo/boy-looking-on-a-tidied-desk-2781814/
Agregar comentario