¡Claro que si! Los castigos, regaños, amenazas, gritos, golpes y demás herramientas activan el Cerebro Reptiliano de los niños, por eso los niños gritan, se rebelan o se someten por miedo. Cuando esto sucede, entienden poco y repiten los mismos errores, porque no están aprendiendo la lección que les queremos enseñar pues estamos activando el área del cerebro que solo se encarga de sobrevivir —no de aprender. En cambio cuando activamos el Cerebro Superior, la parte en donde se resuelven los problemas, el pensamiento crítico, la creatividad y el aprendizaje, los niños entienden, aprenden y aprehenden rápida y efectivamente. Debemos aplicar la conexión y el respeto, antes de corregir y enseñar. Entonces, utilizando las herramientas sencillas, asertivas y efectivas que vemos en los cursos, en lugar de trabajar en contra del cerebro de los niños, estas trabajando a favor de su desarrollo neuronal, emocional y psicológico. En el curso Disciplina Sin Lágrimas vemos a detalle cómo lograr esto de manera efectiva, asertiva y empoderadora.