La vida cambia a las personas, no me queda la menor duda. Dependiendo de las vueltas –y volteadas– que nos pega, pero sobre todo de las decisiones conscientes (o inconscientes) que tomamos de cómo vamos a reaccionar y en quién nos queremos convertir tras esas “maromas de la vida”.
La Posada a la que fui, la organizan una vez cada dos o tres años. Es gente que llevo siglos de conocer, pero como ya vivo en otra ciudad, seguir sus vidas a distancia es muy difícil. Cuando llegué la energía era muy amable, muy cordial, con carcajadas exageradas y sonrisas perfectas.
Sin embargo me sentí muy incómoda ante las pláticas. De primera instancia creí que la conversación iba alrededor de la salud y de ayudar a los demás recomendando buenos doctores. Después de que ella no quiso pasar ni un dato, me di cuenta que su plática trataba de cuánto se gastó en cada consulta. Cuánto se gastaron remodelando su casa y de cuánto más se gastaron llevando a los niños a regatas de veleros…
Me alegra cuando las personas platican que tienen negocios exitosos, una vida hermosa y viajes sensacionales… Me conflictúa el fondo –el verdadero fondo– es decir, ¿qué quieren lograr contando eso? Porque definitivamente no es compartir, ni conectar.
Yo creí que eran los amigos de siempre… pero… ya no sé ¿quiénes son estas personas? ¿Porqué estoy sintiendo la panza torcida? Y mientras comentaban todos los corajes que hicieron con la inepta sobrecargo que los atendió en su vuelo a Japón y todo el dinero que se gastaron en una noche en el hotel “blah”, me puse a pensar:
¿Qué te ha hecho la vida para que hayas llegado a este punto? ¿Con qué actitud has decidido Ser? ¿Quién eres cuando estas solo? ¿Cómo te comportas cuando realmente estas angustiado? ¿A quién le platicas tus verdaderos problemas? ¿Qué te mantiene despierto en la noche? … ¿Porqué tienes tantos problemas de salud?
En un momento de sinceridad… cuéntame. Soy Altamente Sensible, te sabré escuchar.
Las Personas Altamente Sensibles, si lo deseamos, podemos ver a través de las personas. Podemos mirar a los ojos, esquivar la inmensidad y detectar fácilmente su ‘verdadero yo’. Podríamos escuchar de maravilla –siempre y cuando a ellos les interese ser profundamente escuchados y vistos por quienes son en realidad. Y eso es algo que me cuesta demasiado trabajo entender, creer y he tenido que reaprender ante cada Posada de estas: no a todo mundo le interesa una amistad profunda. O una conversación honesta. Ni resolver sus problemas ni mejorar su vida o salud. Claro que mi punto de vista profundo de la vida les importó un pepino. Claro que me interrumpían cuando yo tenía algo que aportar a la conversación. Obviamente terminé escuchando a la música de fondo, siendo amable y esperando a que llegara el apagón de la luz eléctrica.
¡Por favor, por favor, por favor! ¿Ya nos podemos iiiir?
Photo by Anna Tarazevich: https://www.pexels.com/photo/women-wearing-white-tops-and-denim-pants-4926673/
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