Cuando los juguetes salen volando o los rompen, o los pelean, o simplemente son agresivos con ellos, puede significar que:
1) “Necesito atención y conexión con un adulto. Mamá / Papá, hazme caso.”
Recuerda que los niños van a pedir nuestra atención por las buenas o por las malas. Si saben que a nosotros nos molesta que le arranquen las cabezas a sus muñecas, lo van a hacer solo para llamar nuestra atención. Es mejor jugar, leer, cantar con ellos y llenarles su Cubeta de la Atención ANTES de que lleguen a estos métodos.
2) “Estoy aburrido.”
Es increíble, pero si tienen demasiados juguetes, los niños se aburren. Lo que los expertos recomiendan es que sean “juguetes abiertos” es decir, algo que se pueda transformar. Una caja, un palo, un cuaderno con hojas blancas, bloques, cubos… algo que los niños puedan cambiar dependiendo de su imaginación.
Y la otra recomendación es que sólo les dejes 4 juguetes a la vista. 2 muñecos y 2 coches, por ejemplo. Lo llaman “rotación de juguetes”, la idea es que les guardes sus cosas y se las vayas rotando cada semana, de 4 en 4, precisamente para que los vean como novedad y los sigan jugando.
3) “Estoy sobresaturado.”
Cuando llegan de la escuela o de una fiesta, hay niños que inmediatamente se ponen a jugar para sacar todos los acontecimientos ocurridos y el estrés acumulado y esto puede resultar en un juego agresivo, al menos agresivo para nosotros. No te agobies, es desahogo.
4) “Estoy harto de estos juguetes.”
Esto esta en relación con el punto B, sobre todo cuando se trata de juguetes que solo sirven para una cosa. Un robot que solo mueve piernas y brazos y dice frases pregrabadas, suele ser un juguete que, al no despertar la imaginación, termina al fondo de cajón.
5) “Tengo emociones intensas atoradas y utilizo al juego para expresarlas y sacarlas.”
Esta en relación con el punto C, es el juego de proyección. En lugar de corregir las acciones reactivas, mejor observa a qué juegan para saber qué tiene tu hijo adentro. ¿Cuál es el problema de origen?
6) “Necesito ser asertivo con mi hermano.”
A veces los vemos pelear y arrancarse un juguete de las manos, y no se trata del objeto en realidad, sino de un problema de socialización que hay que comprender y atender. Mantente al margen lo más que puedas, es importante que lo resuelvan entre ellos.
7) ¿Hay pleitos en su entorno?
Se nos olvida que los hijos están observándonos constantemente. Si la relación entre las personas con las que vive no es armoniosa, todo eso lo llevan y lo proyectan en el juego. Y después, en la vida real. No les enseñes que la agresión pasiva, o la agresión de ningún tipo, es normal.
8) Televisión, películas, videojuegos…
Si ven programas agresivos, lo van a proyectar y tratar de comprender durante el juego. Ya hemos dicho que es necesario evitar totalmente los videojuegos y limitar el tiempo y el contenido de las pantallas pasivas como la TV.
Recuerda, es necesario primero conocer la razón de su comportamiento antes de intentar corregir.
La violencia es algo que se esta manejando como algo “normal” y nos parece “natural” que jueguen así, pero no debería de serlo. Pero sea como sea, el juego es una absoluta necesidad para los niños, aunque sean agresivos, es necesario permitirlo porque es un espacio de desahogo y procesamiento de su realidad. Aunque hagan tiradero, permítelo. Es La Mejor Terapia.
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