¿Por qué dejamos de jugar?
Estaba sentada en la escuela de mi hijo y enfrente de mi pasaron los pequeños de preescolar. La maestra decía una y otra vez, “Sin brincar, sin correr, con control, en silencio…” Y los niños, uno venía haciendo trompetillas, otro cantaba a todo volumen, una niña brincaba al sapito, otra no se fijo y chocó con la de enfrente. Otra cantaba y bailaba. Total que era un desorden total. Un desorden que deberíamos continuar. Así deberíamos de ir al trabajo, echando trompetillas, cantando y bailando.
Es una pena.
Conversando con unos amigos, es decir, esto no es una teoría científica, llegamos a dos conclusiones.
Una, es porque nadie más nos va cuidar. Es decir que pensamos en las consecuencias y el hecho de a nosotros nos va a tocar limpiar el tiradero.
Y dos, tiene que ver con vivir en el presente.
Justamente el hecho de que, la razón por la cual los niños no viven miden las consecuencias, es la misma razón por la cual ellos juegan.
Una parte irremediable de madurar es que empezamos a medir los peligros, o “ay no! ¿A mi me va a tocar limpiar el lodo adentro de la casa? ¡Mejor no lo hago!” Es exactamente la razón por la cual dejamos de ser divertidos.
E incluso el “Ay no! Si corro se me va a salir el corazón y me van a doler las rodillas… y yo no veo a mi mamá o a una ambulancia cerca” es la razón por la cual dejamos de correr, brincar y echar relajo.
¿Por qué preferimos sentarnos, quejarnos de todas nuestras penas y no brincarlas y sacarlas con un buen juego lleno de gritos y desahogo? Si te fijas, no tiene sentido. Es mucho más divertido ¡jugar! Cabe mencionar que, también entiendo la importancia de una buena charla… platicar con amigas es siempre la mejor terapia y es sumamente sanador. Pero también lo es perder el control y ser totalmente loco de vez en cuando.
Es cierto también que los otros adultos nos ven feo, nos juzgan cuando nuestro comportamiento es totalmente goofy. Pero ¿sus juicios son tan importantes? Yo creo que no.
La verdad es que, esto de ser responsables esta arruinando nuestra felicidad. Y la de nuestros hijos, sabiendo lo importantísimo que es jugar con ellos.
En conclusión, ¿por qué dejamos de jugar? Porque maduramos y empezamos a analizar las consecuencias. Pero, entonces, ¿de qué manera podemos jugar de una manera segura? ¿Cómo podemos encontrar el balance?
Y esa es la pregunta del siglo. Cada circunstancia es diferente. Posiblemente las rodillas ya no nos permitan brincar toda la tarde, pero si podemos hacer otra cosa que sea divertida.
Vi un reel de unos adultos jugando tipo baseball, pero las bases eran unas alberquitas inflables y el area por donde corrían eran unos plásticos con agua, el caso es que los jugadores se deslizaban en agua y caían en la alberca. Se veían TAN DIVERTIDOS.
¡Yo quiero amigos así! Que chiflen y bailen a la hora de llegar al trabajo, que se rían y se sepan divertir de manera sana y segura. ¡Uf! ¡Si!
Photo by RDNE Stock project: https://www.pexels.com/photo/two-women-playing-sack-race-7551397/
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